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José María Rebés

Autogiro: el primer aparato de alas rotatorias

 Fecha y hora de inicio
 
23/03/2013 13:42:28
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Es el 9 de Diciembre de 1936. La guerra en España es ya algo más que una sublevación, a primeros de Noviembre las tropas sublevadas, al mando del General Varela, han intentado infructuosamente tomar Madrid, tras haber ocupado ya Alcorcón, Leganés, Getafe y Cuatro Vientos, en su avance por el oeste de la capital.

Mientras tanto Juan de la Cierva y Codorníu, Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, reside en el Reino Unido, adonde se había trasladado antes de la guerra para lanzar definitivamente su invento por excelencia, el autogiro. Llegó a Londres en 1925, a instancias de la Dirección de Investigación Científica del Ministerio del Aire británico, donde fundó la "The Cierva Autogyro Company". Con más de 120 autogiros ya en funcionamiento, sus proyectos van viento en popa cuando estalla la sublevación militar en España a mediados de Julio de 1936. Juan de la Cierva contribuyó a la causa de los sublevados, siendo él quien contratara el famoso Dragon Rapide con el que el General Franco abandonó su destino de las Canarias para incorporarse a la sublevación.

Ese 9 de Diciembre de 1936 Juan de la Cierva se dispone a trasladarse a Amsterdam a bordo de un Douglas DC-2-115E de la KLM que debe despegar del aeródromo de Croydon. Se trata de un aparato con un año y medio de antigüedad, con registro PH-AKL. Hay niebla, con una visibilidad que no rebasa los 50 metros, así es que los despegues se realizan mediante condiciones QBI, de vuelo instrumental. El procedimiento de despegue en esas condiciones de baja visibilidad consistía en seguir una línea blanca pintada en la superficie de hierba del aeródromo, en sentido Este-Oeste, durante su carrera de despegue.

Varios aviones habían ya despegado antes que lo hiciera el KLM en esas condiciones sobre las 10:30am. Pero el KLM, pilotado por el comandante Hautzmayer, se desvió de la línea hacia la izquierda tras recorrer algo menos de 200 metros sobre ella, y ascendió dirigiéndose hacia el sur y hacia una zona poblada, en lugar de dirigirse hacia el oeste. Tras volar, sin duda más bajo de lo que el piloto creía, sobre la zona sur del aeródromo el avión impactó con la parte superior de la chimenea de una casa de la calle Hillcrest Road en la población de Purley, para estrellarse contra la casa del otro lado de esa calle e incendiarse inmediatamente.

En el accidente falleció Juan de la Cierva, y otras 15 personas más, entre ellas un ex Primer Ministro de Suecia (por dos veces), el Almirante Arvid Lindman. Con 41 años de edad desaparecía una de las mayores figuras de la aviación española y universal.


El invento del autogiro fue capital en la historia de la aeronáutica, siendo, según el gran inventor norteamericano Thomas Alva Edison el más importante tras el avión de los hermanos Wright. El autogiro dio más tarde origen al helicóptero, pero es en sí mismo un tipo de aeronave diferente. Juan de la Cierva amaba pilotar, pero sentía cierta aversión a los aeroplanos de la época en la que comenzó a experimentar con los autogiros, a inicios de los años 1910. Su idea era la de crear una aeronave que en caso de malfuncionamiento del motor fuera capaz de generar sustentación por sí misma, y por lo tanto de realizar un descenso controlado sin motor. Hay que tener en cuenta que los motores de la época no eran tan seguros como los de hoy en día.

El primer aparato construido por de la Cierva tuvo como nombre de modelo BCD-1, donde las letras representaban los apellidos de los tres amigos que lo construyeron: Barcala, Cierva y Díaz. Su alias era "Cangrejo Rojo". El aparato fue algo más que un sueño, voló en Agosto de 1912 pilotado por el francés Jean Mauvais. [Nota: curiosamente "mauvais" en francés significa "malo", en este caso fue todo lo contrario, al atreverse a volar un avión fabricado por ¡adolescentes de 16 años!]

En aquel entonces de la Cierva ni siquiera había completado sus estudios universitarios, que fueron los de Ingeniería de Caminos, al no existir aún estudios universitarios de Aeronáutica. Como proyecto de final de carrera presentó un biplano trimotor, que hizo pudo construir, respondiendo a un concurso del Gobierno español para la fabricación de un avión español. En la presentación oficial del aparato, en Junio de 1919, una impericia del piloto Julio Ríos provocó que el aparato se estrellara en su segundo vuelo, destruyéndose el avión, aunque el piloto solo tuvo contusiones. Se había de construir un aparato en el que la sustentación fuera superior.

Ya hemos visto en el artículo dedicado a los helicópteros (http://www.aviationcorner.net/view_topic.asp?topic_id=10167 ) que las palas rotativas generan sustentación en determinadas situaciones, y también que el propio movimiento de la aeronave hacia delante genera sustentación al hacer girar las palas, en autorrotación. La idea básica del autogiro es la de suministrar sustentación a un avión (los helicópteros no existían, como ya he indicado más arriba) incluso en situaciones de parada de motor. Así, un motor de hélice de morro debía suministrar la fuerza necesaria para que el movimiento hacia delante del aparato hiciera girar las palas y con ello las palas suministraran sustentación al avión. El término "autogiro" se refiere a la capacidad de giro de las palas sin aporte de energía motor.

Cuando un autogiro se queda sin aporte motor en vuelo comienza a descender, y el descenso produce un giro más rápido de las palas (por el empuje del aire desde debajo de ellas) con lo que aumenta la sustentación del aparato, lo que produce un descenso suave y fácil de controlar. A diferencia del helicóptero el autogiro no puede realizar un vuelo estacionario, puesto que sin movimiento las palas se detienen.

A principios de los años 1920 Juan de la Cierva fue capaz de construir un autogiro, nombre que él registró, que no solo se sustentaba, sino que fue capaz de recorrer, en 1924, la distancia entre Cuatro Vientos y Getafe, primer vuelo no de pruebas de un aparato de este tipo. El aparato fue pilotado por el capitán Joaquín Loriga, el 12 de Diciembre de 1924, Juan de la Cierva no tenía en esa época el título de piloto, que adquirió más tarde utilizando su propio aparato.

A partir de ese momento, y dadas las dificultades de financiación que encontró en España, se lanzó a la búsqueda de capital extranjero, desembarcando en el Reino Unido con uno de sus aparatos, el C.6bis, donde realizó varias demostraciones de la capacidad de vuelo de su invento, dejando impresionados a todos los que lo vieron, entre ellos la Reina Victoria Eugenia de España, a la sazón de visita a su familia, la Real, en el Reino Unido.

Ese aparato no solo era prodigioso en tierra, sino que también demostró una utilidad que ningún avión del momento había alcanzado: despegar y aterrizar en un barco, concretamente del Dédalo, un portahidroaviones, aparatos que eran izados desde el agua o bajados al agua mediante grúas.


No fueron sus únicas hazañas, el autogiro demostró una gran versatilidad. A modo de muestra:

- El 11 de Septiembre de 1929 realizó el vuelo Londres-París, pilotando Juan de la Cierva, primer vuelo sobre el Canal de un aparato de alas rotatorias. Ese vuelo se prolongó a Bruselas, Berlín y Rotterdam, con varias escalas más, en las que asombró a media Europa.
- En 1934 un autogiro, del fabricante Kellett, que adquirió en 1929 la licencia para la construcción en los EEUU de autogiros, acompañó al vicealmirante norteamericano Richard E. Byrd en su segunda expedición al Polo Sur. El modelo era el Kellett K-3, que se convirtió así en el primer aparato de alas rotatorias en sobrevolar la Antártida. Se trataba de un autogiro con alas fijas también, aunque menores de lo que hubiera sido necesario para garantizar sustentación sin el autogiro. Se trataba de una variante del C.19, construido en colaboración con Avro, quien le dio el nombre de Avro Tipo 620. El C.19 incorporaba transmisión del motor al rotor para antes de la carrera de despegue, para incrementar más deprisa la sustentación, desembragándose la transmisión al iniciar la carrera.

- El C.40 fue el primer helicóptero en realidad, puesto que despegaba en vertical gracias a la transmisión al rotor de la fuerza del motor. Antes del despegue se hacían rotar las palas a bastante velocidad, y al desembragarse las palas oscilaban hacia delante y se aumentaba el paso, elevando el aparato.

Un anécdota: la primera aparición de un autogiro en una película fue bajo las órdenes de Alfred Hitchcock, en 1935, en la producción "Los 39 escalones" ("The 39 Steps"). Su inclusión a que el director oyó hablar de que conocido piloto escocés, James G. Weir, volaba a menudo el autogiro.


Espero haber picado un poco vuestra curiosidad acerca de este singular aparato, una contribución fundamental en la historia de la aeronáutica, por la genialidad de un murciano.

Saludos,

José María
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